Una chica se peina las pestañas con un cepillo.

Por qué el aceite de ricino es malo para tus pestañas

Puede parecer un buen tratamiento, pero realmente no lo es; te contamos los motivos

Teresa Moreno

Dicen que la mirada es el reflejo del alma y la realidad es que siempre que podemos tratamos de cuidarla y potenciarla al máximo. Muchas de nosotras intentamos pulir todos los detalles para presumir de mirada directa y firme con productos que utilizamos. Uno de ellos es el aceite de ricino que lleva tiempo siendo el producto estrella para las pestañas. 

Conseguir la máscara de pestañas perfecta en espesor, longitud y curvatura es todo un reto. Por eso, cada vez son más las que buscamos otros métodos alternativos que nos ayuden a presumir de mirada y, a la vez, que la cuide.  

Sin embargo, el desconocimiento a veces nos lleva a recurrir a nuevos tratamientos que se ponen de moda para conseguir las pestañas que tanto deseamos, pero que no resultan tan buenos ni tan naturales como pensamos. Esto es lo que sucede al aplicarse aceite de ricino o cuando se recurre con frecuencia al lifting de pestañas o a las extensiones.


Las pestañas largas de una chica.
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Efectos secundarios de aceite de ricino en las pestañas 

Hacer que las pestañas estén hidratadas y lo suficientemente nutridas es imprescindible para que los pelos formen esas cortinas espaciadas y voluminosas, pero recurrir a los aceites, en esta ocasión, al aceite de ricino, no es la mejor opción, pese a que siempre ha predominado la idea de que este aceite es bueno para conseguir unas pestañas largas y densas.

Así lo confirman en un artículo de Onco Vital, una tienda online especializada en la venta de productos oncológicos. Los expertos desmienten que el aceite de ricino ayude a que las pestañas crezcan mejor o más rápido. De hecho, aseguran que al ser una sustancia oleosa y densa esta puede dañar las glándulas desde las que nacen las pestañas y generar problemas de irritación o inflación ocular.  

A este fenómeno se conoce como blefaritis según la Academia Americana de Oftalmología. Suele ser muy molesto, ya que en el peor de los casos también puede provocar hinchazón, descamación en la piel, ojos llorosos e irritados, visión poco nítida y una mayor sensibilidad a la luz.  

Una mujer cierra los ojos porque siente molestias en ellos.
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Por si esto fuese poco, la aplicación del aceite de ricino en las pestañas también puede ocasionar la aparición de miliums, que hacen referencia a esos pequeños quistes blancos o amarillentos que suelen aparecer alrededor del ojo, concretamente, en el contorno. 

Estos surgen cuando la queratina o las células de piel muerta se quedan atrapadas en la piel provocando la formación de quistes, que no desaparecen ni pellizcando ni tocando la zona. Con todo lo expuesto, los especialistas rechazan el uso de cualquier aceite en las pestañas y recuerdan que el párpado debe estar siempre lo suficientemente limpio, ya que dichas glándulas ya producen suficientemente sebo y, al añadir más, esto podría taponarla. ¿Qué originaría esto? Inflamación y la posterior caída de las pestañas, justo el efecto contrario al que se busca.  

En cualquier caso,  se recomienda ponerse en contacto con especialistas antes de aplicar cualquier tratamiento.

 

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