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¿Por qué nos enamoramos del malo de las películas? La psicología lo explica

Un comportamiento de lo más habitual

Adriana Diez

¿Alguna vez has sentido culpabilidad por sentir atracción hacia el malo de la película? Si has experimentado este sentimiento, no debes preocuparte: es algo más común de lo que parece.

¿Por qué nos enamoramos del malo de las películas?

En un artículo del medio digital Código Nuevo se ha explorado esta conducta. A través de la información aportada por el doctor en Psicología Clínica Joaquín Mateu Mollá, el hecho de sentir que te estás enamorando del villano de tu serie favorita no es algo raro.

Para el experto, este tipo de personajes se caracterizan por su complejidad psicológica, lo que hace que nos llame más la atención adentrarnos en su mente y descubrir qué esconden, antes que seguir a otro personaje del que sabemos con certeza que todo lo hará desde la bondad.

Algo con lo que la mayoría de las personas no se sienten del todo identificadas, ya que hacer siempre lo correcto es algo irreal que, en ocasiones, puede llegar a aburrir.

Para Mollá, «los villanos explotan una constelación mayor de motivaciones. De hecho, no ejercen la maldad por simple afición, sino que enfrentan dualidades y contradicciones, lo que los hace todavía más atractivos para la audiencia».

Además, la rebeldía y el fuerte carácter que presentan en diversas ocasiones es algo que gusta y hace que queramos explorar los motivos que hay detrás de un acto oscuro o cruel.

Por otro lado, los personajes más perversos suelen ser los marginados de la historia, y tendemos a identificarnos más con ellos: «Los espectadores tendemos a empatizar con quienes enfrentan el desprecio generalizado (efecto underdog)».

Según el portal Psicología y Mente, este comportamiento nace como «un intento de diferenciarse del resto, compadecerse ante la situación de la causa perdida o admirar la voluntad del otro de oponerse a la mayoría».

Así que, si la próxima vez que veas una película sientes que no quieres que el antagonista rinda cuentas por todo lo que ha provocado, o te sorprendes imaginando una historia de amor junto a él, no te juzgues: es una mentalidad muy habitual.

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