Existen familias que son racistas y enseñan a sus hijos a serlo. Es el caso de Carmen y su hijo de 19 años.
Reconoce que no ha educado bien a su niño y además de ello, su padre era muy racista, por lo que su hijo se ha vuelto igual que él.
Hace poco ha fallecido su marido y actualmente está con una persona extranjera de color. Carmen ha cambiado totalmente su forma de pensar pero tiene miedo que su hijo no acepte a su novio.
Resulta difícil para un adolescente conocer a la nueva pareja de un padre o una madre, dado que se trata de un miembro más de la familia que hay que aceptar, aunque a veces eso no ocurre y complica la relación.
Los jóvenes deben ver que no se trata de un sustituto de un verdadero padre o madre, sino que ha surgido el amor entre ambas personas y se quieren. Hay que respetar la decisión de cada uno, todos tenemos derecho a ser felices con quién queramos.
Lo celostambién pueden aparecer porque piensan que pueden pasar a segundo plano, pero no debería ser el caso.
Todos somos iguales, no importa el color de piel de cada uno ni mucho menos la cultura que se posea. Hay que aprender a respetar al resto aunque no se tenga el mismo tipo de ideología. Si un chico se ve influenciado por un grupo de amigos e incluso por la familia, habría que hablarlo con él. Si los padres han abierto los ojos antes que su respectivo hijo, quizás lo conveniente sería ayudarle para que avance en cuanto a su mentalidad y forma de ver las cosas.
Si Carmen ha cambiado su forma de pensar, su hijo con el tiempo también lo hará. El respeto a la diversidad es primordial en la educación de cualquier persona.
En ningún momento la nueva pareja está sustituyendo la figura de su difunto padre. Debe comenzar a cambiar los comportamientos que ha aprendido antiguamente y acabar con su parte racista.
Es importante que los padres tengan cuidado con lo que dicen y hacen frente a los hijos, ya que estos copian todo lo que ven hasta cierta edad.
