Te levantas sin tripa y al final del día estás como un globo ¡Te damos el porqué y la solución!

Nuria Serena

Un ejemplo  de lo que puede ser el día a día de cualquiera de nosotros.

8:00 am Suena el despertador, acudes al baño mientras dejas en el fuego la cafetera. Te sientes liger@, has descansado. Miras tu tripa y piensas: no está mal, de momento está más o menos plana. A ver hoy que tal.

12:30 p.m En el trabajo, haces un descanso hacia la máquina de café y ¡zas! ya empezamos. ¿Pero por qué se ha vuelto a hinchar?


19:30 pm Llegas a casa, tu tripa es ya un globo y decides cortarte un poco a la hora de cenar, no vayas a reventar ¡Madre mía! Pero ¿por qué me ocurre esto cada día?

Pues en www.cadenadial.com te vamos a contar qué te pasa y que solución debes tomar.

¡Toma buena nota!

¿Estar preparado?

Vamos a poner nombre y apellidos a lo que te pasa:

-distensión o hinchazón abdominal 

-diástasis abdominal

Las causas de la distensión son variadas: gases, estreñimiento, retención de líquidos, grasa...

Sin embargo, diversas investigaciones concluyen que la distensión se acentúa sobre todo porque existe un deterioro de la musculatura abdominal, de nombre científico, sarcopenia.

Las causas de la diástasis son diversas también: la edad (a partir de los 40 la cosa se acelera), el sedentarismo, engordar, cargar peso de forma incorrecta, la secuela de un embarazo. La diástasis abdominal es la separación de los dos músculos rectos del abdomen ya que la línea alba (el tejido conectivo que los mantiene unidos) no soporta la tensión a la que está sometida.

Estos músculos, que cumplen también otras funciones, son los responsables de mantener las vísceras en su lugar. Su separación provoca malas digestiones, gases…

¿Cómo saber si tienes una u otra, o ambas?

Realiza el diagnóstico tu mismo. Si quieres saber si tienes diástasis abdominal

  1. Acostado boca arriba, tienes que doblar las rodillas apoyando los pies en el suelo.
  2. Coloca tu mano detrás de la cabeza y los dedos índice y medio encima de tu ombligo.
  3. Ahora, levanta la cabeza, presiona con los dedos, si, ahí justo donde se separan los músculos.
  4. ¿Notas una brecha de más de 2 cm? Pues si es así, hay diástasis.

 

A partir de los 40, ¡controla la báscula!

Y ¿sabes porqué? Porque a partir de esa edad, desciende bruscamente en nuestros cuerpos -hombres y mujeres- la testosterona lo que provoca una ralentización importante del metabolismo. Y ¿qué pasa? Pues que quemamos menos energía y esto nos hace almacenar más grasa. De hecho, es fácil engordar medio o un kilo por año entre los 30 y los 55 años

Esta pérdida de masa muscular y la desaceleración de la combustión metabólica se traduce en que las dietas que hacíamos antes no sirven ya. Pero te vamos a dar varios trucos.

Reduce el consumo de alcohol

Son calorías vacías.  El alcohol engorda y mucho.  La explicación es simple: interrumpe la oxidación de las grasas e hidratos de carbono, produciendo que en lugar de quemarlos los almacenemos. … Como el cuerpo tiene energía de sobra con el alcohol, para de quemar grasas.

Calefacción ¡Fuera!

Y ahorra dinero, además. Apagar la calefacción te ayudará a perder grasa, sobre todo barriga. Disminuir la temperatura durante el invierno puede ayudarnos a combatir la grasa de nuestra tripa mientras dormimos.

Haz pesas

La pérdida del músculo está aparejada a una ralentización del metabolismo. Incluye en tu vida entrenamientos de fuerza

Y bebe mucha agua

Y disminuye la cantidad de sal en la comida. Un exceso de sodio provoca que el cuerpo retenga líquidos y por tanto nos sintamos hinchados. Bebiendo al menos dos litros al día, lo podrás evitar.

Alimentos que debes desterrar

Estos son seis de los alimentos con los que debes ir con cuidado… ¡Seguro que más de uno te sorprende!

1. Lácteos. Hay muchas teorías sobre el beneficio o no que tienen los productos derivados de la leche. Lo que está claro es que la lactosa es un azúcar difícil de descomponer para el estómago provocando así gas y diarrea.

2. Manzana. Puede sorprender porque es una fruta básica y con una gran cantidad de fibra y vitaminas esenciales, pero la fructosa y el sorbitol (alcohol polihídrico) que contiene hace que te hinches más fácilmente.

3. Cebolla. Favorece el sistema circulatorio y evita problemas respiratorios, entre otros beneficios. En cambio, también te puede jugar malas pasadas al producir un mayor contenido de agua en el intestino.

4. Patatas fritas. Seguramente esto no te sorprenda. Las grasas saturadas y los fritos ralentizan la digestión, provocando así que los alimentos fermenten y aumenten los gases.

5. Brócoli. Algunas verduras, como esta, contienen un hidrato de carbono llamado rafinosa que genera hinchazón.

6. Maíz. En este caso es debido al almidón que contiene. Frito, crudo o en cualquiera de sus formas, el maíz es muy alto en carbohidratos y fructano, que produce dolor y movimiento estomacal.

Esto no quiere decir que no comas estos alimentos. Como todo, en su justa medida no son perjudiciales… ¡Pero contrólate! Y si tienes que comer de unos más que de otros, mejor las manzanas que las patatas fritas.

 

 

 

 

 

 

 

 

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