Quien haya vivido conflictos familiares sabe que minan mucho la salud física y mental y en el caso de Isabel Pantoja, que tiene en estos momentos a casi toda España en su contra (menos a Almeida), la teoría se cumple de forma real y preocupante.
Fuentes cercanas a la Tonadillera confirman que su estado de salud física y sobre todo, psicológica, es crítico.
Tras escuchar las declaraciones de su hijo Kiko, al cual no quiso ver en directo, Isabel ha decidido encerrarse en Cantora, meterse en la cama, tomar pastillas y esperar a que amaine la tormenta. El problema es, que no tiene pinta de que lo vaya a hacer.
Esto es lo que dice su entorno sobre el asunto: «Está medicada, no sale de la cama, está en estado de ‘shock’, paralizada y catatónica. No vio la entrevista, pero le han contado muchas cosas. Ha sufrido varias crisis de ansiedad».
Ahora sí, parece que el veneno de la herencia «envenenada» se ha metido en el cuerpo de la intérprete y sobretodo, en su alma.
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Si ya eran muchos los frentes abiertos a sortear por la ex de Julián Muñoz, acaba de encontrar a su eterno némesis una vez más en el camino. Su cuñada Teresa Ribera.
Así de dura y tajante se ha mostrado la hermana de Paquirri respecto al conflicto actual en Cantora:
«Mi sobrino no tiene culpa, pobrecito mío. Si le metes veneno a un niño desde pequeño, ese veneno lo tiene en el cuerpo toda la vida. Yo no puedo perdonar a Isabel nunca. Es que no tiene perdón. Mi padre se murió sin poder abrazar a su nieto. Menos mal que se fue y no está sufriendo esto».
Mensaje a Kiko: «Que esté tranquilo y que haga lo que tenga que hacer. Le he dicho que se una a sus hermanos, a sus primos y que hable con ellos, que le quieren mucho».
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