Aunque nos cueste dar el paso de cuidarnos, los resultados a corto, medio y largo plazo, merecerán la pena, sentirte bien contigo misma y, por supuesto, reducir el riesgo de padecer determinadas enfermedades. Merece la pena.
Mejorar nuestra salud, cuidar nuestros músculos y huesos, favorecer la concentración o reducir los síntomas de ansiedad son algunos de los beneficios de estar activas, además de mejorar el bienestar general. Pero es imprescindible encontrar un deporte que nos enganche y nos haga sentir mucho mejor al terminar una sesión o rutina del mismo.
Hay tantos tipos de actividades y ejercicios que puedes sentirte incluso algo perdida a la hora de elegir. Pilates, yoga, ejercicio en equipo, natación, boxeo… son muchas las opciones.
Sin embargo, una de las formas más sencillas de movernos y mantenernos activas, y que además podemos hacer en cualquier lugar, es caminar. Eso sí, debemos hacerlo con cierta intensidad para quemar calorías y endurecer músculos.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda un mínimo de 10.000 pasos al día, que equivaldría a unos siete kilómetros.
Pero, ¿a que nunca te has planteado caminar en casa o, lo que es lo mismo, practicar ‘Walk at Home’?
El método, creado por Leslie Sansone, propone coreografías andadas con las que ponerse en forma mientras quemamos calorías con ejercicios de bajo impacto.
En tu propia casa, si consigues hacerlo tres o cuatro veces por semana y lo alternas con una alimentación equilibrada, reduciendo un poco la ingesta de calorías, conseguirás perder peso.
El ejercicio combina durante quince o veinte minutos caminata en el sitio con diferentes ejercicios que podemos ir variando añadiendo peso o bandas elásticas. También es importante que vayamos variando la intensidad y la velocidad del entrenamiento.
Cada ejercicio se realiza durante unos 40 segundos y, entre ellos, hay unos segundos de descanso activo, es decir, es en ese periodo de tiempo cuando caminamos sobre un punto fijo, sin parar de movernos.
Se trata en su mayoría de ejercicios muy sencillos de hacer. Por ejemplo, dar pasos laterales de un lado y otro o adelante y atrás con el tronco recto y el core activo o flexiones de piernas, en la que el talón se eleva hasta golpear la nalga.
Otros ejercicios de este tipo de entrenamiento son las alternas de rodillas, que consiste en colocar las piernas separadas a la anchura de la cadera y elevar una rodilla hacia la cadera, mientras acercamos el codo del lado contrario hasta juntarse en el centro, el paso en V, que consiste en avanzar los pies hacia delante y hacia fuera formando una V.
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