Estos días Dani Rovira se estrenaba en Netflix a través de la faceta con la que se dio a conocer: un monólogo de humor. Odio está disponible en la plataforma desde el pasado viernes 12 de febrero y en pocos días consiguió convertirse en uno de los producciones más destacadas, situándose en el primer puesto en nuestro país.
En este, el humorista regresa por todo lo alto tras haber superado
su cáncer y además de su sentido del humor le acompañaban grandes enseñanzas. Tras una hora y media despertando las risas del público con una narración en la que no faltaron menciones a personalidades como Messi o Hugh Jackman, o su amor por los animales, el también actor terminó con una reflexión que daba sentido al título de la obra y que ha calado fuerte en los espectadores.
La reflexión dice así:
“Vamos a dejar de competir el uno contra el otro. Compite contigo mismo/a para ser un poquito mejor que tú el último día. Y si tienes un día malo, permítetelo, no pasa nada. Tanta envidia, tanto odio… La envidia es una especie de admiración mal gestionada. Coge tu envidia, coge tu odio, coge tu miedo, coge toda tu mierda y ponla aquí delante y canalízala y haz de esto algo que merezca la pena. ¡Porque odiar es de cobardes! ¿Sabes que es de valientes? Decir ‘Te quiero’. Porque yo mi vida la quiero compartir con gente que dice te quiero”
Un mensaje a los «ofendiditos»
El pasado marzo, justo unos días después de que se decretara el Estado de Alarma, Dani Rovira era diagnosticado con un Linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta al sistema inmunitario y contra el cual estuvo luchando durante meses.
El cómico utilizaba esto para lanzar un mensaje a aquellos que se ofenden por cualquier cosa, y es que tras vivir una pandemia mundial y superar un cáncer, no entiende cómo puede haber gente que salte molesta por un pequeño chiste de cualquier cómico.
El humor es una tabla de salvación y la capacidad de Dani para, en uno de los momentos más difíciles de su vida, haber continuado sacándonos sonrisas, es digna de admirar. Ahora cogemos la reflexión final de su monólogo y la ponemos en práctica, porque el odio no lleva a ningún lado y solo el amor trae consigo cosas bonitas.
