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Los bigotes de tu gato son sagrados: ¡No los cortes!

Los utilizan como elemento de orientación y para medir el espacio

Ana Pérez

Un gato es un animal de compañía con rasgos muy particulares. Reúne unas manías y comportamientos que sorprenden a todos los que viven con ellos.

Muchos de estos rasgos son propios de su naturaleza y se comunican de una manera peculiar. Por ejemplo, mueven sus patas como si amasaran para transmitir que se sienten cómodos. Su cola también es un elemento que forma parte de su lenguaje corporal, por lo que su posición y el movimiento de la misma expresa un sentimiento o otro.

Como buenos felinos, tienen bigotes, una de las partes más representativas de su cuerpo. Preguntarse para que sirven es muy normal, hay personas que creen que son meramente decorativos, pero es todo lo contrario, les sirven de mucho.


El papel de los bigotes de un gato

Los bigotes son un instrumento, en los que cada pelo se denomina vibrisa y se sitúan de manera simétrica en torno a la boca, encima de los ojos o detrás de las patas delanteras.

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Estos pelos les permiten detectar cambios en su entorno que les resulte de gran valor y ayuda. Reciben información táctil en su cerebro, que les permite interpretar todo lo que les rodea.

Por lo tanto, gracias a los bigotes, un felino puede saber las dimensiones de un espacio y saber si es demasiado estrecho para él o no. También les puede servir para detectar corrientes de aire.

Esto se debe a que en cada bigote hay un folículo lleno de terminaciones nerviosas. Suelen tener en torno a ocho o doce bigotes a cada lado de la nariz.

Estos pelos también pueden decir el estado de ánimo del animal. Si están retraídos hacia atrás quiere decir que está asustado y pendiente de una amenaza que ha identificado. Por el contrario, cuando están extendidos, indican que está relajado y no detecta ningún tipo de miedo.

Por todo ello, los bigotes de los gatos son una herramienta indispensable, pues sin estos, no podrían identificar el mundo que les rodea, por lo que cortárselos está totalmente prohibido.

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