Una boda en brasil y un gato negro infiltrado que acaba echándose una siesta en el vestido de la novia

Guss González

¡Hoy nos vamos de boda! Y como todos los enlaces, los novios quieren que todo salga como tenían previsto. Son eventos organizadas al mínimo detalle para disfrute de las familias y allegados. Pero ojo, que a veces no todo sale como a uno le gustaría. Y si no… escucha el reportaje de Saray Esteso:


El vestido, los traslados, el enlace, el lugar donde se celebrará la ceremonia, el banquete, la fiesta… y sobre todo la lista de invitados que siempre cuenta con alguna baja de ultima hora. O todo lo contrario: a veces se cuela un invitado de más.

Y esto es exactamente lo que le sucedió a la pareja brasileña formada por Bruna Rizzo y a Paulo Henrique Camargo durante su boda: tuvieron un invitado inesperado de última hora. Y no era una persona…

El infiltrado en cuestión se trataba de un gato. Un felino de color negro que parece ser un habitual de la Iglesia Cristo Redentor de Vitória, en Espírito Santo (Brasil). Los feligreses de la parroquia ya conocían al gato, ya que incluso uno de los sacerdotes suele atender a varios en la zona, alimentándoles y permitiéndoles la entrada a la parroquia.

El animal se sintió tan cómodo que decidió echarse una siesta en la cola del vestido de la novia. Una imagen divertida e inesperada que la pareja recordará con una sonrisa.

 

Un gato negro trae mala suerte

 

Los gatos negros son considerados una señal de mal presagio. El origen de esta superstición se remonta en los tiempo, asociando el gato negro al mismísimo satán. Por eso, cruzarse con un gato negro es considerado por algunos una señal de mala suerte.

Los más supersticiosos pensarían que su presencia en la bora sería, sin duda, una mala señal que marcaría a la pareja llevándola al fracaso… Sin embargo, los invitados a este enlace se tomaron la visita del felino de la manera más natural, entre fotos, videos y risas.