El poder de una sonrisa ¿Nos regalas una?

Hoy queremos celebrar contigo el Día Internacional de la Sonrisa

Nuria Serena

Hoy es el Día Internacional de la Sonrisa. ¿Nos regalas una?

Si supieras el poder que tiene una sonrisa, sonreirías más.

Pensamos que la sonrisa es un gesto social, pero no es solo eso. Detrás de ella podemos intuir de manera inconsciente que es una persona más competente.


Varias universidades del mundo han estudiado, a través de las fotografías de los anuarios, cómo ha marcado la sonrisa la carrera de los estudiantes. Se han fijado en quiénes lo hacían en la foto y quiénes no. A los que lo hicieron, por norma general, les ha ido mejor.

Lo que averiguaron estos estudios es que la sonrisa se puede medir como un predictor de distintas cosas:

Del éxito. Vieron que personas que tenían muy buenos resultados profesionales coincidían mágicamente con que sonreían en la orla. Es decir, tenía más que ver la sonrisa de la persona que las calificaciones. Así, que si queremos ser más exitosos, sonriamos más.

Del bienestar. Creemos que sonreímos bien por sentirnos bien, pero esto no es causa-efecto unilateral. También funciona al contrario: si me quiero sentir mejor y “me obligo” a sonreír durante al menos veinte segundos, mando señales a mi cerebro y empiezo a liberar endorfinas.

De longevidad. Se ha demostrado que las personas que sonríen más pueden llegar a vivir más tiempo. ¡Incluso ocho años más!

De pareja. Aquellas que sonríen más tienen mayor facilidad de gestionar sus conflictos, de durar más y de tener una mayor sensación de satisfacción.

Sonreír más no es ninguna tontería. Está totalmente demostrado todo el poder que ello tiene. ¿Cuántas veces sonreímos al día? Lo hacemos en todas partes del mundo, en todas las culturas y desde que nos encontramos en el útero.

Regalemos sonrisas

Sonreír más no es ninguna tontería.

Los niños sonríen una media de cuatrocientas veces al día, algunos adultos solo lo hacen cinco. Sería interesante que aquellos que no lo hacen muy a menudo, lo intenten hacer más porque se trata de un ansiolítico natural.

¡Regalemos sonrisas! Desde la ventanilla de nuestro coche, en la calle, donde sea…porque realmente podemos cambiar el mundo.

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