El nuevo giro de guión, impredecible, en La isla de las tentaciones con Manuel y Sara

El nuevo e impredecible giro de guion en La Isla de las Tentaciones con Manuel y Sara

El exconcursante ha confesado la nueva relación que mantiene con otra tentadora del concurso

Carmen Álvarez

Tras finalizar la quinta edición de La isla de las tentaciones, Telecinco ha organizado una serie de reencuentros especiales para que veamos cuál ha sido el futuro de los concursantes y sus relaciones meses después de regresar de República Dominicana.

El segundo encuentro lo han protagonizado Sara y Manuel, una pareja que terminaron el programa antes de tiempo y que decidieron salir juntos, de la mano. Después de todo este tiempo, parece que las cosas han cambiado en esa relación tan idílica. La joven acudía a la llamada de Sandra Barneda sola, mientras la presentadora resaltaba la ausencia del otro concursante.

El comentario lo utilizó Sara para contar todo lo que había pasado para llegar a la separación: «Tras volver de ‘La isla de las tentaciones’, Manu cambió radicalmente su personalidad conmigo… Sentía una frialdad, desconocer una persona que creía conocer hasta tal punto de no quererme dar un beso como si yo lo hubiese hecho mal«.


El encuentro de dos concursantes de La Isla de las Tentaciones, marcado por la tensión

 

La joven proseguía: «Me molesta porque creo que no me lo merezco«. Pocos minutos después, Manuel era el encargado de explicarle a la que fue su novia el motivo de ese cambio de actitud: «Era incapaz de aceptar que quería dejarla». Sara era la encargada de contar como había sido la ruptura.  Una historia que para nada encajaba con la versión que había dado el otro protagonista. «¡Es un sinvergüenza!«, resaltaba Sara. «Es una persona que ni siente ni padece, es que no le veo auténtico«, reconocía la exconcursante de La Isla de las Tentaciones.

Lo que más ha llamado la atención de ese reencuentro es la tensión ha sido la protagonista desde el primer minuto. Al inicio se negaron a darse dos besos como saludo. «Como siempre, esto ha sido una relación de tres: tú, tu ego y yo. ¿No te ves?«, le reprochaba Sara.  Por otro lado, Manuel también quiso profundizar en los motivos que le habían llevado a dejarla: «Las cosas malas estaban pesando más. Es una persona súper absorbente, que estés constantemente hablando por teléfono dos horas, si la colgabas te llamaba, lloraba…«.

«Si tú hacías eso es que realmente te llenaba«, le recriminaba la joven, pero ante ese comentario Manuel no se pudo contener: «Lo que no me apetece es hablar sí o sí. Lo que pasó es que quedamos con su madre, se pone a llorar y a recriminarme… Empecé a ver la realidad y vi que hay más opciones«. «¿De verdad me diste las certezas que necesitaba? Eres un sinvergüenza y se te debería caer la cara ahora mismo a pedazos. ¿No te da pena?«, le soltaba Sara. Ante esto, el exconcursante se excusaba: «Claro que me da pena. Por eso no te lo dejé claro». «Ah que lo reconoces que no me lo dejaste claro. Verdad solo hay una, me acabas de mentir«, incidía, de nuevo, Sara.

«No has actuado bien y tienes que reconocerlo», comentaba la joven muy apenada

 

«No te has despedido y he estado llorando meses a un fantasma. Me has condenado a una tristeza que no merezco. No has actuado bien y tienes que reconocerlo«, comentaba la joven con lágrimas en los ojos. Tras presenciar esta situación, Sandra Barneda ha tenido que intervenir: «No entiendo el silencio. El silencio hace mucho daño«. Tras este comentario, Sara resaltaba: «Le he idealizado y de lo que me había enamorado era de mi propio sentimiento«.

 

 

Lo más sorprendente de todo este reencuentro ha sido con Manuel ha confesado, antes de abandonar el plató, que estaba conociendo a una de las tentadora, Carmen. «Me ha sorprendido cuanto menos. Sí, bastante«, reconocía su expareja. El joven ha terminado defendiendo su relación con la tentadora y dejando a Sara muy afectada por lo ocurrido. «No estoy enamorada de él y me duele cómo hizo las cosas, que no tenga esa empatía de mirarme a los ojos y decirme ‘te pido perdón’. No se quita la coraza ni a tiros».