El hecho de poder disponer de un test que detectara la intolerancia a los alimentos que padece una persona y que, además, tuvieran el rasgo añadido de poder adquirirlos en las farmacias, un espacio supuestamente fiable, se antojaba casi imposible. Sin embargo, todo lo que prometían estos productos parece haber caído en saco roto.
El funcionamiento de estos tests prometía ser simple. Se trata de sacar una muestra de sangre de la persona en el plazo de unos días se conocen los resultados que, en la mayoría de los casos suelen dar positivo en varios alimentos. Sin embargo, la mecánica a la hora de realizar estos tests puede variar, así como su precio.
Como ya delató El Comidista meses atrás, la cantidad a pagar por estas prueban que detectan la intolerancia a los alimentos ronda (o supera) los 100 euros. A esa cifra de compra hay que sumarle las de las sesiones de tratamiento para hacer seguimiento de la dieta que los naturópatas imponen a sus pacientes que no incluye los productos a los que son supuestamente intolerantes.
Al ser pruebas realizadas en farmacias, quienes lo han probado confiaron en que era un test fiable. Sin embargo, ha habido casos en los que, tras pagar elevadas cantidades de dinero y llevar una restrictiva dieta, una vez en el centro médico les han asegurado que no presentan ninguna intolerancia a los alimentos que marcaba el test.
¿Son un timo los tests de intolerancia a los alimentos?
Desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) explicaron al portal que no es lo normal que un médico imponga un tratamiento a un paciente basándose exclusivamente en una prueba de farmacia y son los propios expertos quienes garantizan que estos tests «no tienen fundamento científico».
Intolerancia a los alimentos.
En esta misma línea de opinión se ha mostrado la jefa del servicio de Alergia del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, quien, en declaraciones a El País, ha aclarado que la sensibilidad a determinados alimentos que muestran estas pruebas no son un diagnóstico real, sinoun «invento».
Es más, los expertos que se muestran en contra de estas pruebas que prometen detectar la intolerancia a los alimentos lo ven como un negocio y a quienes tratan de beneficiarse de ello los tachan de «oportunistas».
Los riesgos de creer en ellos
Estos tests aparecieron años atrás y calaron en parte de la población que, ignorando lo que realmente pasaba en su organismo a la hora de ingerir determinadas comidas, confiaron en haber hallado la respuesta.
De hecho, algunas de estas muestras incluso presumían de ser capaces de detectar migrañas, la obesidad o el colon irritable. La consecuencia de recurrir a ellas y caer en sus tratamientos, advierten los expertos endocrinos y nutricionistas, se pagan con duras dietas que pueden poner en riesgo la salud de los pacientes.
Ante estas situaciones de problemas digestivos, es necesario recordar que la intolerancia a los alimentos (reacciones mediadas por IgC, anticuerpos tipo inmunoglobulinas G) no es lo mismo que la alergia a los mismos (mediadas por IgE, anticuerpos tipo inmunoglobulinas E), puesto que cuando se trata de esta última , la persona afectada sufre ronchones o hinchazón.
Mientras que con las intolerancias o hipersensibilidad alimentaria, la persona afectada no experimenta ningún tipo de reacción física, sino problemas en el tracto digestivo.
