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Trucos para conseguir que los niños duerman toda la noche del tirón 

Los niños que duermen bien al día siguiente tienen mejor humor y se concentran mejor

Lucía Puig

Tener niños y dormir no tiene por qué ser incompatible. Es cierto que los bebés y niños pasan por una etapa en la que los padres sacrifican horas de sueño, pero una vez superada esa época, se olvida y se pueden retomar los hábitos de sueño de la familia. Dormir bien es muy necesario para el correcto crecimiento de los pequeños y el buen rendimiento de los padres. Además, muchos de los efectos de dormir poco o mal son la falta de concentración, malhumor y agotamiento.  

Los expertos dicen que la maduración del sueño puede llevar hasta la edad de los 6 años. Debes tener mucha paciencia y recuerda que los bebés no nacen sabiendo dormir. Se trata de un hábito que se aprende y eso requiere entrenamiento. Te vamos a dar unas pautas para que las puedas seguir con tu hijo y disfrutéis todos de una feliz noche de descanso. 

Los primero que tenemos que hacer es establecer una rutina. Como indica el psicólogo Álvaro Bilbao, las rutinas son importantes para lograr nuestra meta. La rutina se logrará gracias a la repetición. Tiene que ser flexible para incorporar cambios si lo que hacemos no funciona o si algún día no se puede llevar a cabo. 


  • Horario. Tu bebé o hijo pequeño debería ir a la cama siempre a la misma hora. Dependerá de la edad de tu hijo que pueda acostarse antes o después.  
  • Orden. La habitación de los niños debe invitar al descanso. Es decir, debe estar limpia y recogida de ropa, juguetes, libros. Aunque pueda parecer algo obvio es importante mantener el orden antes de conciliar el sueño. 
  • Temperatura. Ocúpate de que sea la adecuada tanto en invierno como en verano. Si el pequeño pasa frío o calor se dificultará que pueda dormir.  
  • Luz. Lo ideal es que no entre mucha luz en su habitación. En caso de que esté en plena época de miedo a la oscuridad o las pesadillas le despierten siempre se puede poner una luz de noche. 
  • Antes de dormir no deberá ver televisión, ni videojuegos. Cero pantallas la hora previa a acostarse. Les puede excitar y eso no es nada bueno. 
  • Intenta que lo que haga antes de meterse en la cama sea una actividad tranquila para que no se altere. Un baño, un masaje y la lectura de un cuento son un modo perfecto de poner punto final al día. 
  • Música relajante. Si pones un poco de música con sonidos de la naturaleza como olas del mar, pájaros piando o un riachuelo se creará un ambiente muy relajado para dormir. 
  • Las nanas de siempre cantadas con cariño son bálsamos para los oídos. Según la publicación de la Academia de pediatría de Estados Unidos,este tipo de canciones logran un sueño de calidad. 
  • Muñeco o objeto de apego. Seguro que hay algún peluche o mantita especial para tu hijo. Déjaselo en su cama o cuna para cuando se despierte lo sienta y le transmita tranquilidad. 

Lograr un sueño de calidad es algo necesario que lleva su tiempo pero que siguiendo unas pautas lograremos. Recuerda que en muchas ocasiones el aprendizaje no es un proceso lineal y el bebé o niño puede tener regresiones. Ante esa situación intenta no desesperarte porque igual que ha dado un paso hacia atrás pronto seguira hacia adelante. Los niños que duermen bien crecen mejor y tienen mejor salud, según los pediatras. Además, al día siguiente están en plena forma para iniciar el día con buen humor y afrontar las nuevas aventuras de aprendizaje a las que se enfrente sea en la guardería o colegio.