Una cita en First Dates.

Vero ante su cita en First Dates: «Tienes horchata en las venas…la hostia de realidad de hoy voy a ser yo»

La joven no daba crédito: "Yo necesito un hombre con ganas de vivir, y lo que menos ganas tiene este hombre es de vivir"

Nuria Serena

La cita de Vero y Arturo en First Dates tiene diálogos propios de una película de Woody Allen. Cualquier mujer con un poco de instinto de supervivencia hubiera actuado de la misma forma que hizo la joven: salir huyendo sin mirar atrás.

Y es que Arturo era una joyita: con cara de no haber roto un plato pero más triste que Calimero. Paseando por la vida suspirando por un antiguo amor que conoció vía internet hace 17 años y del cual no se ha desenganchado aún. Una relación a distancia que le mantiene obsesionado.

Dependiente de un amor que no fue y de su perrita, a la que adora y con la que comparte días y noches a la espera de que le salga trabajo. Arturo está en paro.


Vero mudaba la cara minuto a minuto. Y a los espectadores del programa de tv se nos desencajaba la mandíbula, bien por compasión, desesperación o incredulidad

Vero en First Dates:  La vida te pega dos hostias de realidad

La verdad es que la cosa no empezó mal, para Arturo, claro. Estaba convencido de que encontraría en el programa a esa mora que quitaría la mancha de la anterior. Pero se equivocaba. La primera impresión al ver a Vero no pudo ser mejor, pero la nube negra que le persigue desde los 17 años volvió a instalarse sobre su cabeza. Y, a partir de ahí, se perpetró el drama.

Vero, mujer de mundo y lista como el hambre ya empezó a barruntar que se iría del programa con el corazón tan ligero como lo había traído: «Se ve que es buena persona, pero no es mi prototipo. Físicamente le veo muy antiguo, parece que me lo habéis sacado de Cuéntame», confesaba.

 

 

Pero lo mejor estaba por llegar. Arturo comenzó a sincerarse y a la pobre comensal granadina le tocó poner el hombro para que pudiera llorar: «Le estaba entrando un cuadro de ansiedad porque llevaba diez horas sin verla. No me llores por el perro», exclamaba ante la cámara la comensal muy sorprendida por el toro que le había tocado lidiar.

¿Quién me mandaría a mi meterme en este embolado? estamos seguros de que se preguntaría Vero tras escuchar la historia del amor frustrado de Arturo: «Solo me he enamorado una vez en la vida. Fue cuando tenía 17 años. Me duró un año porque fue a distancia. Fue un amor muy bonito y nunca he sentido nada igual. Creo que todavía sigo pillado»

La paciencia de Vero tocaba a su fin y tras aguantar estoicamente un par de envites más, la concursante le espetó un zasca a Arturo que celebró la audiencia y se viralizó en redes sociales: «Tienes horchata en las venas… Estamos en la vida real, en el mundo, esto es la vida. La vida te pega dos hostias de realidad y la hostia de realidad de hoy voy a ser yo».

 

 

MÁS SOBRE: