Granos de arroz integral.

La OCU alerta sobre la presencia de arsénico en el arroz integral y las tortitas

Aunque han aclarado que su consumo en exceso y prolongadamente es el que puede ser perjudicial

Ana Más

El arsénico por lo general lo asociamos con el típico veneno que aparece en las novelas policiacas. Sin embargo, es relativamente sencillo que esté presente en algunos alimentos e incluso en el agua, especialmente en el arroz. De hecho, desde la OCU han analizado 136 muestras de diferentes variedades de arroz y productos derivados y han detectado su presencia sobre todo en el arroz integral y las tortitas.

Y es que el arsénico, explican desde la OCU, «está en el medio ambiente y puede llegar a nuestro organismo por la ingesta de alimentos y agua», pero tranquilizan: «no hay que alarmarse, siempre que no se trate de cantidades elevadas».

Desde su página web lo describen como «un metal pesado que se origina como consecuencia de procesos naturales, desde erupciones volcánicas a incendios forestales o erosión de rocas y minerales, o como resultado de la actividad humana: emisiones industriales, la producción de energía a partir de combustibles fósiles, uso como conservante, herbicida o insecticida».


Arsénico en menor medida en otros tipos de arroz

Del análisis de estas 136 muestras de alimentos que contienen este tipo de cereales, la OCU ha indicado que se ha detectado, sobre todo, en la variedad integral y en las tortitas y en menor medida en el arroz blanco y en los cereales de arroz inflado. Además, desde la web de La Sexta explican que «también se ha detectado arsénico en algunas papillas de cereales instantáneos que contienen este alimento, lo que hace que con dos raciones ya se supere el límite máximo diario admisible para un bebé de seis meses».

La Organización de consumidores matiza que la cantidad que se ha encontrado está por debajo de los valores permitidos por normativa y recuerdan que es «el consumo de arsénico intenso y prolongado en el tiempo puede provocar su acumulación en el organismo, lo que puede originar «lesiones en la piel, diabetes, trastornos cardiovasculares y cáncer, entre otras patologías».

Aunque lejos de alarmar, explican que pretenden que el consumidor sea consciente de los riesgos que puede entrañar el consumo sistemático de elevadas cantidades de «un determinado alimento o grupo de alimentos susceptibles de contener un contaminante: al igual que sucede con el arsénico en el arroz o cereales, pasa con el mercurio y otros metales pesados en el pescado y con los nitratos en las verduras de hoja», explican.

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