El ya habitual sorteo de la Loteria de Navidadse celebra cada año en el Teatro Real de Madrid, acaparando la atención de, prácticamente, todo el país, especialmente de aquellos curiosos que edición tras edición acuden a este emblemático lugar para pasar la mañana.
Uno de estos perfiles es el de Juan López, que desde hace once años no se pierde el sorteo en directo. De hecho, es tan conocido que lo llaman El obispo de la lotería, por el disfraz que porta siempre durante la celebración de la rifa. Y es que te sorprenderá saber que este año ya ha cerrado su negocio para irse a hacer cola para asegurarse un puesto en la cola del teatro.
Lo más sorprendente es que desde hace seis años tiene un grupo secreto de WhatsApp, en el que participan otras 14 personas y sirve para comunicar qué día deberán llegar, cómo resistir al frío o cuántos décimos adquiere cada uno. El diario El Confidencial ha podido acceder a esa selecta selección de personas y ha podido conocer más acerca de ellos y sus estrategias.
El famoso grupo de la Lotería de Navidad está crispado
Lo más importante son los puestos en la cola, ya que todos quieren asegurarse entrar los primeros. Por esta misma razón tienen el grupo, para coordinarse, pero López asegura que la cosa está cambiando: «Cada año nos hemos vuelto más independientes y ya la gente no avisa de cuándo va a venir. Aquí cada uno juega sus cartas como mejor puede». Estas declaraciones vienen a causa de la llegada de Jesús Ruiz, uno de los integrantes del grupo, a la puerta del teatro. Este gesto de ponerse en cola sin decir nada se sintió como una falta de respeto.
De hecho, una de ellas, Manuela Sevilla de 86 años dijo su opinión sin ningún miramiento: «Joder, tenéis prisa. La fila no empieza hasta que no llegue Manoli, la jefa». Pero Ruiz explicó por qué había hecho eso: «Llevo viniendo 16 años, pero este año he decidido acercarme antes porque quería ser el primero. Creo que eso influye en la suerte».
Además, otro de los fanáticos de la lotería también hizo saber que esta decisión no hacía más que romper la confianza del grupo: «Yo no creo que porque te pongas antes vaya a tocar algo, ni mucho menos. La ilusión está ahí, pero bueno, cada quien que se busque su sitio en la cola».
Ante esto, Juan el obispo y Manoli la jefa, se acercaron a Madrid y reservaron una habitación cercana al Teatro Real para ampezar las guardias. Desde el lunes 18 empezaron a acudir al lugar a reservar su sitio y a dar entrevistas a los medios que se pasaban por allí. Además, con su llegada a la capital siempre aprovechan para ir a la Iglesia de Antón Martín a regalarle dos décimos al padre Ángel, responsable de Mensajeros de la Paz, para que lo comparta, si toca, con los más necesitados.
Juan cree que este año El Gordo caerá con el número 00000, el de la Casa Real, por lo que ha adquirido dos de estos números, uno para su compañera Manoli y el otro para repartirlo con la periodista Susanna Griso. Además, ha confesado que si la salud se lo permite, el año que viene llegará al Teatro Real de Madrid andando desde León.
