El invento de una startup valenciana para curar la depresión y la epilepsia mediante impulsos eléctricos

Se trata de un gorro con 32 electrodos que "monitoriza las señales eléctricas para diagnosticar enfermedades"

Ana Más

La investigadora valenciana Ana Maiques, CEO y cofundadora de Neuroelectrics, visitaba esta semana  el programa La ventana de la Cadena Ser, para hablar de un novedoso invento, se trata de un gorro con 32 electrodos que «monitoriza las señales eléctricas para diagnosticar enfermedades».

Y es que el equipo de Neuroelectrics trabaja tal y como explican desde español.com, «a partir de tecnología de estimulación cerebral eléctrica, no invasiva (de alta definición) para una neuromodulación personalizada. Lo que pretenden es medir y modificar la función del cerebro para restaurar su salud, minimizando las discapacidades que éste pueda tener y aportando mejor calidad de vida a pacientes con distintas enfermedades, como la depresión, el alzhéimer o la epilepsia.»

Maiques habla de esta terapia como «una modulación del cerebro para que funcione» que además supone una  alternativa a los electroshocks que, según explica se siguen empleando en algunos casos de depresión y son muy angustiosos para el paciente, «en nuestro caso la corriente es muy flojita y se necesita repetir muchas veces», matiza.


En EE.UU se ha autorizado el uso del invento en 120 pacientes

 

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La valenciana explicó que con cada uno de los electrodos se puede inyectar además corriente eléctrica, una terapia que puede mejorar patologías como la epilepsia, «Nuestro cerebro eléctrico puede que no esté funcionando adecuadamente, al estimular podemos bajar la actividad de esa zona del cerebro», explica, justamente lo contrario ocurriría con el Alzheimer, que requiere de más energía para «activar esas neuronas que con la edad se han ido ralentizando».

Sin embargo para que esta tecnología llegue al paciente aún queda camino. La empresa tiene sede en Estados Unidos y allí la FDA ya ha autorizado su uso en 120 pacientes de varios hospitales. «Hace muchos años que trabajamos en este campo, pero hasta que no haya una autoridad que lo apruebe no está demostrado, hay que hacer los estudios clínicos para que pueda llegar a los pacientes», explica Maiques, que añade, «Es una terapia que hoy no existe y es made in Spain, las autoridades americanas nos catalogaron como una terapia altamente innovadora»

Además explica sobre el uso del casco que basta con veinte minutos de estimulación diaria en los afectados, aunque es un tipo de tecnología que requiere repetición, «La estimulación día tras día hace que se aprenda…si dejamos de hacerlo no funcionan», explica.

 

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