En los últimos años, ha surgido una tendencia curiosa y liberadora: las llamadas ‘Habitaciones de la rabia’ o ‘Rage Rooms’. Se trata de espacios diseñados para que las personas puedan romper y destruir objetos con el fin de liberar el estrés y las tensiones acumuladas. Estas habitaciones están especialmente diseñadas para ofrecer una experiencia catártica en un ambiente controlado y seguro, donde los participantes pueden usar herramientas como bates, martillos o palancas para destrozar desde platos hasta televisores. Lo que antes podría haberse considerado una práctica destructiva ahora se ha transformado en una terapia alternativa para aliviar la frustración.
El concepto de las habitaciones de la rabia está especialmente dirigido a quienes sienten la necesidad de desahogarse físicamente tras una jornada estresante o incluso como una forma de entretenimiento grupal. Según los expertos, la práctica de romper objetos en un entorno preparado para ello puede ayudar a canalizar la ira y la ansiedad de manera saludable. Aunque no sustituye una terapia psicológica, muchos usuarios afirman sentirse más ligeros y relajados tras una sesión.
El funcionamiento de una ‘habitación de la rabia’ es sencillo. Al llegar, el personal proporciona al cliente un equipo de protección que incluye casco, guantes y gafas, para asegurar que la actividad se realice sin riesgo. Luego, se elige entre una variedad de objetos que pueden ser destruidos, desde vajillas hasta electrodomésticos. Durante un periodo que suele durar entre 15 y 30 minutos, los participantes tienen vía libre para destrozar todo lo que deseen dentro de la sala. Al finalizar, algunas salas cuentan con un espacio de relajación para reflexionar sobre la experiencia.
Este tipo de actividad no solo se limita a personas que buscan liberar estrés. También se ha vuelto una opción popular entre grupos de amigos o compañeros de trabajo, quienes ven en estas habitaciones una oportunidad de compartir una experiencia fuera de lo común. Las ‘habitaciones de la rabia’ ofrecen, además, un toque creativo: en algunas de ellas, los participantes pueden personalizar los objetos que van a destruir, dándoles un significado especial, como romper algo que simbolice un mal recuerdo o una etapa difícil.
Las habitaciones en cuestión han empezado a ganar popularidad en ciudades como Madrid, Barcelona y Sevilla, donde empresas como Axerum ofrecen la posibilidad de entrar solo o en grupo. El precio ronda los 25€ por persona y, aunque hay un paquete básico, es posible comprar objetos adicionales para romper, como televisores o microondas, haciendo la experiencia más variada.
Sin embargo, no todo el mundo ve estas habitaciones como una solución al estrés. Algunos psicólogos advierten que, si bien puede ser un alivio momentáneo, es importante no depender de estas actividades para manejar emociones negativas de manera constante.
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