El cruel origen de "dormir a pierna suelta" de los antiguos presos y esclavos

«Dormir a pierna suelta» y su cruel origen en las condiciones de vida de los presos

Rodrigo Díaz

A la hora de dormir, solemos utilizar expresiones como «dormir a pierna suelta» o «pasar la noche en blanco« tanto si hemos conciliado el sueño como si ha sido imposible. Pero… ¿Sabes cuál es el origen de ambas?


 

 

 

Luis Larrodera explica, en el primer caso, cómo los presos antiguamente tenían siempre unos pesados grilletes atados a los tobillos. Cuando tenían buena conducta, se les permitía liberarse de ese grillete y no andar pegado a otro preso o a una cadena. Así rendía en «mejores condiciones» al día siguiente.

Si no has cogido el sueño, quizá hayas pasado la «noche en blanco» como muchos aspirantes a caballero en la época medieval. La noche de antes, vestían prendas blancas y estaban obligados a no pegar ojo en toda la noche. Este color, como veis, ha simbolizado la pureza espiritual desde hace muchos siglos.

 

«J… la marrana» no significa lo que crees

 

No, no hace referencia a la hembra del marrano; pero sí recoge su término por el ruido que hacen. Esta expresión que significa «fastidiar» a alguien habla del eje de la noria de pozos y molinos, los cuales hacen ese sonido tan peculiar cuando gira el engranaje.

 

 

 

La expresión de "j... la marrana", procedente de los molinos

De esta manera, había quienes trataban de sabotear la producción de los demás, atrancando con un palo las norias.

 

El arroz, ¿plato favorito de Catalina?

 

Finalmente, hablamos de otra expresión que seguro te suena: «Que si quieres arroz, Catalina». Esta frase, utilizada cuando la otra persona no te presta atención, guarda su origen en León y tiene como protagonista a una pobre mujer que vivía sus últimos días de vida.

 

 

 

Catalina cayó enferma, siendo incapaz de articular palabra y de reaccionar a lo que le decían. Rechazó todo tipo de medicinas, así que sus más allegados le ofrecieron repetidamente arroz, su plato favorito. Por desgracia, falleció sin haber tomado, por última vez, el alimento que más le encantaba.

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