Mónica: «Mi marido encontró SMS calientes en el móvil… Pero no eran para mi»

Rodrigo Díaz

En el día de hoy hemos hablado de deslices -algunos imperdonables- provocados por un número de teléfono marcados erróneamente o por mensajes enviados a la persona menos apropiada…


 

 

 

La pobre Mónica sufrió el cabreo monumental de su marido de manera injusta. Tras una acalorada discusión, él cogió su teléfono móvil y leyó tres mensajes muy sospechosos: «Aún me acuerdo de tus labios«, «Si aquel sofá pudiera hablar» y «Gracias por esta noche tan fantástica».

«Imaginaos la cara que puso cuando lo leyó», comenta la atrevida. Nada más hacerlo, él llamó a esa misteriosa persona y descubrió que se los enviaba a otra mujer que le dio un número erróneo a propósito.

 

Llamar a la Tesorería para pedir pollo al limón

 

En el caso de Antonio, fue él mismo el responsable del error. Tras un fin de semana de juerga, el lunes decidió pedir pollo al limón… Aunque lo hizo llamando a la Tesorería General de la Seguridad Social. «El problema es que volví a llamar para pedirle dos cucharones de salsa. Ahí ya me colgó», nos reconoce.

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Y despedimos con dos historias de comerciales muy similares. La primera con una atrevida en el País Vasco que dejaba alucinados a sus clientes por su acento; mientras Ana acabó haciendo una «labor social»: «Mi marido me dice que no la borre porque soy su distracción».

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