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Una mujer haciendo yoga desde casa.

El Yoga, un aliado contra el envejecimiento: los beneficios de practicarlo a partir de los 65 años

La ciencia demuestra su papel para tener una vida saludable en los adultos mayores

Teresa Moreno

El yoga es una de esas disciplinas que conecta el cuerpo, la mente y el alma a través de posturas, una buena respiración y la meditación. Su práctica es recomendada para todas las edades, eso sí, adaptando los ejercicios al cuadro clínico y a la edad de cada persona. Poco a poco, el cuerpo se irá habituando a nuevas posturas sin tener que forzarlas y empezarás a notar sus grandes ventajas. Pero ¿sabrías decirnos cuáles son los beneficios del yoga? 

Antes de adentrarnos a desglosarlo en profunidad, vamos a recapitular algunos de esos beneficios de la practica de yoga en el organismo que todo el mundo conoce a rasgos generales: 

  • Fortalece la memoria y por ende, la agilidad mental. 
  • Ayuda a conciliar el sueño y a paliar la ansiedad.
  • Reduce el estrés. 
  • Mejora de la flexibilidad y el equilibrio. 
  • Tonificar los músculos. 
  • Corrección de malas posturas. 
  • Ayuda a tener una buena respiración. 

Varios ensayos controlados aleatorizados (ECA) han sido revisados por expertos y se ha llegado a la conclusión de que el yoga brinda numerosos beneficios, entre ellos cabe destacar una mayor fuerza en las extremidades inferiores en personas mayores que no practican deporte y una mayor agilidad.


Uno de los parámetros que no logaron incluir en ese listado de beneficios es la fragilidad, algo que la práctica de deporte rutinario o del tai chi, sí brinda, tal y como recogen los autores en la revista Annals of Internal Medicine.

Para entender bien este marcador es importante recordar que las personas mayores suelen tener más probabilidades para contraer enfermedades crónicas, discapacidades de todo tipo y fragilidad en sus articulaciones. Este último indicador afecta hasta un 50% de personas en la tercera edad, especialmente, a aquellos que superan los 80 años. Es por eso que su prevención y su tratamiento se han convertido en dos de las alas prioritarias en la salud pública y que han hecho que el yoga se postule como una de las principales estrategias para combatirlo. De hecho, ya se practica para mejorar el equilibrio y la movilidad de las personas mayores 

Una mujer estirando desde casa.
Getty

Un grupo de investigadores del Brigham and Women´s hospital y de la Havard Medical School en Estados Unidos han revisado hasta 33 ensayos ECA en los que han participado hasta 2.384 personas con 65 años o más. El objetivo ha sido analizar todos los estudios que se han hecho hasta el momento sobre el impacto que el yoga tiene en la fragilidad de las personas mayores. 

¿Cómo lo han hecho? Han puesto el foco de análisis en la velocidad de marcha, la fuerza, el equilibrio, la fuerza de agarre, el rendimiento físico y la resistencia de las extremidades exteriores. De este examen descubrieron que, comparándolo con aquellas personas inactivas o que solo recibían información, existían indicios que demostraban que practicar yoga ayudaba a mejorar la velocidad y el rendimiento físico, así como la fuerza y la resistencia de las extremidades inferiores en adultos mayores. 

Es por eso que los investigadores instan a los médicos a recomendar el yoga, inclusive la modalidad Iyengar, que se suele hacer desde casa como una practica saludable. Eso sí, aconsejan hacerlo de forma personalizada para cada persona teniendo en cuenta su edad y su historial clínico. 

Por lo que estos estudios confirman que el yoga lidera un papel muy importante en el envejecimiento previniendo la fragilidad de las personas adultas.  

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