¿Qué cortezas de queso se pueden comer? ¡Toma nota!

Saray Esteso

Gabriela Brieba, Experta Europea en Calidad y Seguridad Alimentaria y consultora para empresas en “Sanpani.org”, ha conectado una semana más con los atrevidos para demostrarnos que la “Ciencia atrevida no es aburrida”. Hoy hablamos de las cortezas de queso.

¿Por qué unos quesos tienen corteza y otros no?
La corteza protege el queso. Evita que se seque o se contamine. Algunas se forman de manera natural pero otras son ceras o pinturas antifúngicas (contra el moho y los hongos). Si hay quesos sin corteza es porque se consumen poco tiempo después de su elaboración, como los quesos frescos que no han sido sometidos a ningún proceso de maduración ni desecación. Otros quesos son “sin corteza” porque en su proceso de elaboración se cuece la cuajada, como la mozzarella o el provolone.

¿Qué cortezas se pueden comer y cuáles no?
Las cortezas artificiales, con colores negros y rojos brillantes, son aptas para contacto con el alimento pero no se deben consumir en ningún caso. En las cortezas naturales es más complicado ya que pueden tener mohos o no, ser duras o blandas, incluso tener recubrimientos como salmuera o pimentón.
Realmente la seguridad de consumir estas cortezas va a depender de la higiene. Es decir, si el queso viene envasado, es seguro y es solo cuestión de gustos. Pero si la corteza es el único contacto con el exterior, es más que probable que no sea higiénico ni seguro consumirlo.


¿Qué nos puede pasar si comemos cortezas no comestibles?
Si atendemos a los materiales, como ceras, parafinas o materiales plásticos, es posible que las expulsemos sin mucho problema. Sin embargo, si pensamos en la falta de higiene de ciertas cortezas, nos arriesgamos a una buena gastroenteritis sin que importe si el origen de la corteza era natural o artificial.

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