Isidro Montalvo y su personaje Paolo siguen buscando desesperadamente a su novio en esta broma

Guss González

Isidro Montalvo nos hace viajar hasta Brasil de cuando en cuando para meterse en la piel de Paolo, un tipo muy simpático que llama buscando a su novio manchego, al que conoció hace un tiempo. ¡Escucha, escucha!


Paolo presume de hombres guapos en España, pero como su novio ninguno. Ya en la primera llamada al azar, intenta contactar on su pareja: «¿Se puede poner mi novio?, soy Paolo», le dice a la mujer que responde al teléfono. Ésta le pasa con un hombre, que Paolo confunde con su amante, hasta que le cuelga repentinamente.

Isidro vuelve a llamar a un nuevo contacto: «¿Está mi novio por ahí?», comenta Paolo… «¿Cómo…?», responde una mujer sorprendida y contundente. «No, aquí no hay ningún novio… Se equivoca de número aquí no hay un novio de nadie», llega a afirmar.

«Yo he llamado antes a este teléfono y él se pone», insiste Paolo. «Pues este teléfono no es de ningún hombre», afirma la mujer categóricamente. «Yo he quedado para ir a la piscina hoy con él», comenta Isidro entre risas.

La mujer, que va cabreándose por momentos, insiste: «Le acabo de decir que aquí no hay ningún hombre». Paolo vuelve a la carga: «Escúcheme una cosa..», a lo que la mujer, ya visiblemente enfadada responde: «No voy a escuchar nada».

Isidro insiste con el mismo número pero en esta ocasión responde un hombre «Cariño, ayer me dijiste que te estabas limpiando la carioca, que lindo tiene que estar todo, mi vida…». El hombre cuelga bruscamente sin pensárselo mucho.

Paolo vuelve a la carga. «¿Dígame?», responden ahora. «Soy Paolo, el brasileño, ¿se puede poner mi novio?». La mujer, más compresiva responde: «… se ha confundido», a lo que Paolo argumenta: «… yo es que me he enamorado de un hombre de la mancha, ¿no esta por ahí?».

 

Isidro Montalvo contacta con un parque de bomberos

 

«Soy Paolo, un brasileño que estoy buscando a mi novio, pero no sé si me he equivocado», responde cuando nota que descuelgan el teléfono. «Se ha equivocado de teléfono, esto es un parque de bomberos», le dicen muy amablemente.

Paolo, ilusionado, muestra su agrado con la llamada…«Pero madre mía, cómo me gustaría estar un día allí con ustedes que están todos muy fuertes». El bombero, muy educado, suelta alguna risa…

«Que fuertes que están, ¿con camiseta corta están ahora?. Con esas fotos que tienen en lo calendarios y esas piernas…»… El bombero, paciente y divertido, termina disculpándose y colgando amablemente.