El fin de las restricciones parece cada vez más cercano. Adiós mascarilla

A días de quitarnos las mascarillas llega «El síndrome de la cara vacía»

El temor entre los adolescentes y más jóvenes a retirarla de sus rostros

Nuria Serena

El síndrome de la cara vacía es, según los expertos, el trauma que muchos ciudadanos experimentarán a partir del día 20 de abril cuando ya no sea obligatorio llevar mascarillas en exteriores y en interiores, salvo excepciones (centros sanitarios, sociosanitarios y el transporte público)

La medida aprobada por el Consejo de Ministros, conlleva en opinión de psicólogos y pedagogos «un temor entre los adolescentes y más jóvenes a retirarla de sus rostros»

Este estrés emocional se manifiesta en la inseguridad de desproteger tu cara tras quitar el cubrebocas bien por salud o por estética después de años protegidos por ellas.


Es un síntoma que no se encuentra tipificado en ningún manual pero que seguramente has compartido con algún allegado o conocido que ha confesado no estar preparado aún para prescindir de la mascarilla.

El hecho de quitársela «les supone una dificultad, especialmente añadida, mucho más que, simplemente, un aspecto físico», a lo que se suma «la extrañeza» de no reconocer a la otra persona, pero es algo que también ocurre a los adultos, explica María Campo Martínez, directora de la Fundación Nuevas Claves Educativas y Máster en Orientación Familiar de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Mascarillas: salud o estética

 

Las mascarillas dejarán de ser obligatorios en espacios al aire libre y también en interiores. En la práctica esto significa que quién lo desee puede prescindir de ellas y quién no, puede mantenerlas.  Eso sí, permanece la obligatoriedad de llevarlas en lugares concretos como (centros sanitarios, sociosanitarios y el transporte público)

Ya en junio del pasado año, el anuncio de Pedro Sánchez de eliminar las mascarillas en exteriores desató una oleada de memes. Muchos de ellos ponían el foco en que las personas poco agraciadas no iban a poder beneficiarse de que las mascarillas les siguieran tapando media cara.

 

 

 

Bromas aparte, son muchas personas a las que la sensación de no llevar mascarilla les genera cierto estrés y ansiedad. Es como si salieras desnudo sin ella después de meses y meses utilizándola como un complemento indispensable para nuestra vida.

Además, según la experta «muchos adolescentes, a esa edad, están creando su identidad, reconociendo su interior y aceptándolo», y a «los más introvertidos, más tímidos y más inseguros -prosigue- la mascarilla les ha servicio un poco de protección».

El síndrome de la cara vacía puede manifestarse con los siguientes síntomas:

  • agorafobia
  • hipocondria
  • angustia
  • ansiedad
  • miedo o temor
  • nerviosismo o inquietud
  • dolores
  • sudoración

La recomendación de María Campo Martínez es que ante una situación de estrés «hay que ayudar al adolescente a acostumbrarse a retirarse la mascarilla… haciéndolo en entornos más cercanos, de más confianza, con amigos, en los que puedan sentirse más a gusto… hasta que, poco a poco, vaya eliminando ese problema»

 

 

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