‘Journaling’ la técnica que te ayuda a manejar el estrés escribiendo

Tan sencillo como expresar pensamientos, experiencias, reflexiones o hábitos

Ana Más

No cabe ninguna duda de que cada vez tenemos una mayor exposición al estrés y por eso se hace necesario tener herramientas que nos permitan manejarlo bien. Por eso es cada vez más habitual que surjan técnicas, como el Niksen del que te hablábamos hace unos días para reducir el estrés, mejorar el sueño y ayudarnos a recargar cuerpo y mente. Hoy nos detenemos en otra de ellas, el journaling o escritura expresiva.

La técnica consiste en expresar pensamientos, experiencias, reflexiones o hábitos. Desde uppers.es lo comparan con los diarios personales de la infancia y adolescencia aunque explican que en el caso del jornaling no hace falta escribir todos los días, sino solo cuándo lo necesitemos.

No hay un plan fijo en esto del journaling, cada uno debe descubrir sobre qué le resulta más beneficioso escribir (nuestros proyectos, lo que hemos hecho durante el día, nuestros miedos o nuestras esperanzas), no a todos nos vale lo mismo. Podemos hacerlo en un cuaderno o en word, lo que nos sea más sencillo y bastará con dedicar entre cinco y veinte minutos al día, sin forzar.


Maneras de practicar el Journaling

Una manera de practicar la escritura expresiva es mediante un diario de gratitud en el que escribiremos aquello que agradecemos cada día, otra forma son los diarios de cartas no enviadas, en el que recogeremos todos aquellos mensajes que no queremos o podemos mandara a alguien por miedo o vergüenza. Y si lo tuyo no es escribir, puedes hacer un diario-collage o usar dibujos, tablas o frases cortas para expresarte.

El diseñador Ryder Carroll, dedicó varios años de su carrera a encontrar una manera de organizarse sin ser aburrida. Y se inspiró para ello en el rapid blogging, es decir, escribir de manera rápida y basada en iconos. «Gracias a este método podemos analizar el pasado, organizar el presente y planear el futuro», explican desde westwing.es.

Ya en 1896 el  psicólogo social de la Universidad de Texas en Austin, James A.Pennebaker, habló de los efectos positivos de etiquetar las emociones y reconocer los sucesos traumáticos. Y es que algo tan sencillo como escribir tiene muchos beneficios, ya que nos ayuda a simplificar ideas y «tener acceso a ellas cuando las necesitemos para poder dar respuesta a los problemas que te surjan», explican desde el mismo medio. Además estimula la creatividad y fomenta el autodescubrimiento y el desarrollo personal.

Para empezar a practicarlo establece un horario para escribir al menos diez minutos, si en ese momento te sientes creativo mucho mejor, escoge un diario, lo ideal es un cuaderno, deja que tus pensamientos fluyan y empieza a disfrutar de sus beneficios. Y algo más, «nos permite crear un concepto de nosotros mismos realista y libre de prejuicios. Ver cómo se traducen nuestros sentimientos en palabras nos da las claves necesarias para comprender nuestros pensamientos».

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