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«Vas a tener una vida muy dura»: La reflexión de un psicólogo para las personas que no saben estar solas

Si alguna vez has tenido este sentimiento, te interesa

Marcos Aceña

Hay que disfrutar de la vida todo lo que podamos, como dice Leiva, «como si fueras a morir mañana». Es una tarea fundamental para nuestro bienestar, para nuestra salud física y mental y para poder evadirnos de todos aquellos problemas que se escapan de nuestras manos, y mientras que hay gente que sí que sabe disfrutar en soledad, muchas otras personas no pueden hacerlo, y solo disfrutan cuando se rodean de sus círculos sociales más cercanos.

Algo que a la larga puede ser un grave problema para todas aquellas personas a las que les pasa, tal y como ha advertido recientemente un psicólogo especialista en adicciones.

Todas las personas deben aprender a estar solas

Es probable que en muchas ocasiones hayas escuchado aquello de «Hasta que no aprendas a estar bien contigo mismo no vas a poder estar bien con nadie más» y es cierto. Y con esto no nos referimos a que tengas que vivir completamente en soledad sin relacionarte con nadie, sino a que puedas disfrutar de aquellos instantes en los que tú y tu mente os quedáis solos.

De esto ha hablado recientemente el psicólogo Luis Miguel Real, autor de libros como ‘La mentira de la fuerza de voluntad’ o ‘No pienses en un oso verde’, y lo ha hecho en uno de sus famosos hilos que va compartiendo a través de su perfil oficial en X, donde ha confirmado diciendo: «Quedar con tus amigos es genial, pero si no aprendes a estar a solas contigo y ser capaz de disfrutar de un café a solas porque te apetece, vas a tener una vida muy dura. (…) Pero si no sabes estar contigo mismo, solo, en silencio, sin que te entre el mono de notificaciones o el síndrome del “¿quién soy si no tengo a nadie alrededor?”, tienes un problemita».


Pero la cosa no ha quedado ahí, sino que ha querido profundizar más en este tema: «Mucha gente llena la agenda para no escuchar lo que le grita la cabeza cuando está sola. Es un escapismo social, como una verbena emocional constante para no quedarse a solas con sus pensamientos. Pero ojo, que ese ruido no es paz. Es solo ruido. (…) Y el día que se calla, te das cuenta de que no sabes qué hacer con el silencio. Desde la psicología, esto se llama intolerancia al aburrimiento o a la introspección. Es como si tuvieras alergia a tu propio yo sin filtros, por eso hay gente que prefiere un plan de mierda a ningún plan. Por eso a veces se aguanta lo inaguantable en una relación, con tal de no enfrentarse al vacío».

No obstante, confirma que esto es remediable y que se puede combatir poco a poco: «Aprender a estar solo es como hacer músculo emocional. Al principio cuesta, claro, pero con práctica, descubres que un paseo sin auriculares también puede ser un lujo. Que sentarte a tomar algo sin compañía es una cita contigo mismo, no un fracaso social. Que no necesitas una excusa para no quedar. Basta con que no te apetezca».

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