Desde la fase 2 de desescalada, cualquier restaurante puede empezar a recibir clientes hasta completar un 40% de aforo, subiendo a un 50% en fase 3. Un hecho que resulta una alegría para muchas personas, que después de varios meses pueden celebrar una comida con amigos y familiares.
No obstante, esto también acarrea un posible riesgo de contagio entre los comensales, quienes en estos momentos tienen dudas sobre cómo comportarse en este escenario sanitario. ¿Habrán lavado bien los cubiertos?, ¿cómo habrán manipulado los alimentos?… O antes de eso, ¡dónde me siento!
¿Existe algún sitio dentro de los restaurantes en el que exista un menor riesgo de contagio? Sí.
Sabemos que el sitio de ventana es el preferido por muchos viajeros en los aviones y a partir de ahora también lo será en los restaurantes.
Esto se debe a la naturalidad infecciosa del virus, que tiende a ser más peligroso en zonas donde se acumula el aire y las respiraciones sin acceso a ventilación.
Por ese motivo, sentarse cerca de una ventana es la opción más recomendable según el consenso científico actual. No tanto lo que es pegado a la ventana, sino cerca de ella.
De este modo, evitamos el trayecto directo de la posible corriente contagiada y a la vez nos beneficiamos del aire limpio que viene del exterior.
Importante no confundir aire limpio con aire acondicionado o ventiladores. Colocarse cerca de estos aparatos puede significar un riesgo sanitario ya que remueven y dispersan las partículas a mayor velocidad.
Por otro lado, los expertos también recomiendan no sentarse frente a frente si no existe distancia de seguridad suficiente entre comensales.
En última instancia, la comunidad científica también ha querido poner el foco sobre un elemento habitual de nuestras salidas a restaurantes: los baños.
Al parecer, este lugar es un epicentro virológico en toda regla, según varios estudios realizados en Wuhan.
Por ese motivo, la Sociedad Española de Salud Pública ha querido lanzar la siguiente recomendación: cerrar siempre la tapa del váter antes de tirar de la cadena, para evitar salpicaduras o aires contaminados.
De todas maneras, no hay que olvidar que lavarse las manos sigue siendo una acción primordial no solo durante el momento de aseo, sino durante nuestras salidas en general.
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