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Desde su nacimiento como especie, el ser humano siempre ha intentado resolver los problemas de su entorno, desde el fuego hasta la tecnología actual. Hoy, el coronavirus ofrece nuevas dificultades a las que encontrar solución, como el hecho de no poder comer con la mascarilla puesta.

Sin duda un peligro para nuestra nueva normalidad en la que al reunirnos en bares o restaurantes, nos veríamos más expuestos respecto a posibles contagios.

Por suerte, la empresa israelí Avtipus Patents and Inventions ha desarrollado un prototipo de mascarilla con boca mecánica que permite la entrada de comida y bebida sin necesidad de quitarse la protección.

Un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la seguridad del sector hostelero, que necesita más que nunca garantías para reflotar las pérdidas provocadas por el confinamiento.

En cuanto al funcionamiento, se trata de un mecanismo muy sencillo que se acciona gracias a una pequeña palanca: al apretarla, se abre la boquilla. A continuación, el vídeo con la explicación completa.

No será la única mascarilla de este tipo

Como toda buena idea, siempre acaba llegando la competencia. Si bien es cierto que este prototipo viene a cubrir una necesidad básica de nuestro nuevo día a día, en la que las mascarillas ya son de uso obligatorio, constatamos un claro inconveniente: su incomodidad.

El hecho de tener que usar una mano para activar el mecanismo de apertura, sin que éste se produzca de forma automática, puede hacer que otras empresas se embarquen en busca de una mascarilla «manos libres».

No obstante, esto podría encarecer el producto, algo que no ocurre en el prototipo israelí, cuyo precio es relativamente bajo: entre 1-3€ más que una mascarilla convencional.

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En los próximos meses veremos si este nuevo invento llega a otros países más allá de Israel.

Lo que está claro es que debemos empezar a ver las mascarillas como un complemento relativamente fijo en nuestra rutina, como la ropa interior o las lentillas.