Así ha sido la broma de Isabel II de Inglaterra a unos turistas estadounidenses que no la reconocieron

Guss González

Es de sobra conocido por todos el fino, finísimo sentido del humor de los británicos. En la comedia anglosajona destacan figuras míticas como Benny Hill, Mr. Bean, o incluso… la reina de Inglaterra. Si, su majestad es conocida por su sutil sentido del humor y su grácil ironía.

Y es que todavía hay gente que no conoce esta faceta de Isabel II, incluso hay gente, que no la conoce en absoluto, como el grupo de turistas estadounidenses del que te vamos a hablar.

Como cada verano, la reina descansa en el castillo de Balmoral, en Escocia. La enorme finca, rodeada de una naturaleza impresionante, es frecuentemente visitada por los turistas. Allí, la monarca se retira durante la época estival, alejada del bullicio de sus obligaciones, la pompa de sus vestidos de galas y los innumerables compromisos con los que cumple durante el resto del año.


En Balmoral se siente libre, con su ropa de campo y sus perros, con los que suele dar largos paseos por la finca, custodiada siempre por sus hombres de confianza y sus escoltas.

Y precisamente un miembro de su equipo de seguridad revelaba a The Mirror, la divertida anécdota que han protagonizado un grupo de turistas americanos que se cruzaron con la reina en uno de sus habituales paseos. Estos, muy simpáticos, entablaron conversación con la monarca, sin ser conscientes de quién era. Incluso le llegaron a preguntar si era una lugareña que vivía por la zona.

 

Isabel II y su sentido del humor

 

La reina, sorprendida y divertida al darse cuenta que no la habían reconocido, aseguró que tenía una bonita casa cerca de allí. Los americanos, para hacer conversación, le preguntaron si alguna vez había conocido a la reina de Inglaterra, dado que se trataba de una vecina regular de la zona.

Isabel II, haciendo gala de su fina ironía, aseguraba que: «… yo no, pero este policía, si», señalando al agente que la custodiaba a poca distancia. El mismo policía declaró al medio de comunicación que los turistas continuaron como si nada, sin darse cuenta de que habían sido víctimas de una broma de la reina.

Este verano ha sido el primero en que la reina descansa en Balmoral sin el que fuera su esposo, el duque de Edimburgo, que fallecía el pasado mes de abril a la edad de 99 años.