Rocío Ramos-Paul explica algunas claves para ayudar a esos niños que no quieren comer

Guss González

Rocío Ramos-Paul abre su consulta en Atrévete para resolver todas las dudas y curiosidades que los padres nos plantean sobre el desarrollo emocional y psicológico de sus hijos. ¡Tenemos nueva consulta!


Merce nos dice en su email: «Tengo un niño de dos años y medio que antes comía genial, pero ahora no come nada de sólido. Solo puré, sopa y yogures. Y ya cada vez lo quiere menos. Me cuesta muchísimo que coma y muchos días los pasa enteros sin comer. ¿Qué puedo hacer? ¡Estoy desesperada!»

Esto es habitual en muchos casos y un tema que comparten muchos padres. Suele estar relacionado con el paso a los alimentos sólidos. En ocasiones, los peques desarrollan una especie de fobia a masticar que se denomina neofobia.

«A veces los niños, cogen mucho miedo a masticar. El trabajo que se suele hacer entonces es con un especialista», comenta Rocío. De todos modos, hay una serie de pautas que se pueden hacer en casa para evitar este problema.

 

Rocío Ramos-Paul y la neofobia

 

Vamos a seguir una serie de consejos o pautas que pueden ayudar a nuestros peques a realizar un mejor acercamiento a los alimentos sólidos. Ten paciencia, sobre todo al principio, ya que los resultados llegan después de un tiempo.

Lo primero: revisa el hábito de la alimentación. ¿Coméis a la misma hora? ¿Tu peque pica entre horas? Lo ideal es llegar a la hora de la comida con hambre para asegurarnos que el niño tenga realmente ganas de comer.

Después, vamos a trabajar la rutina de la mesa. ¿Te ayuda poner la mesa? ¿A quitarla? Siempre en la medida de las posibilidades de tu hijo… Pero esto le ayudará a entender que va siendo la hora de sentarse a comer.

Otra pauta que podemos desarrollar es la atención. ¿Permanece sentado en la mesa delante del plato? «Generamos un hábito en el que tenemos que permanecer sentados delante del plato y no salir corriendo porque no te gusta y no te lo vas a comer…», sentencia Rocío.

Una vez trabajado todo esto, que es lento y a veces desesperante, podremos corregir en cierta medida el asunto de la neofobia. Si persiste, acude a un especialista que te ayudará a encontrar la mejor solución posible.

MÁS SOBRE: