Vacaciones

¿Enfermas cada vez que te vas de vacaciones? Tiene una explicación científica vinculada al estrés

Es algo más común de lo que piensas

Marcos Aceña

Seguro que te ha pasado, estás meses y meses trabajando sin parar, haciendo las tareas comunes del día a día, pensando en tus ansiadas y merecidas vacaciones, y cuando llegan todo se desmorona porque una enfermedad se apodera de ti. Puede ser una gripe, un resfriado, fiebre… cualquier dolencia que arruina por completo el periodo de tiempo que en un primer momento prometía ser de descanso y desconexión.

Si te suena esta situación debes saber que es más común de lo que parece y que su explicación está vinculada a los niveles de estrés a los que tu cuerpo se somete a lo largo de las semanas, tal y como ha explicado la creadora de contenido Marga Hope.

La advertencia que podría salvarte de echar a perder tus vacaciones

«Tu sistema nervioso tiene dos modos principales, el simpático y el parasimpático, el de descanso y reparación, el modo de spa que nadie usa porque no hay tiempo. Y además de los famosos ciclos circadianos hay otros menos conocidos llamados ultradianos, esos dicen que cada 90 minutos de estrés deberías tener 30 de descanso«, empieza afirmando Marga como preámbulo de lo que le ocurre a centenas de personas.

«Vivimos instalados en el corre, resuelve, con el modo estrés activado 24/7, mientras tu cuerpo acumula conflictos activos como si fueran sellos de un bingo emocional, y entonces llegan las vacaciones. Haces la maleta, respiras profundo y pum, te pones malo«, añade a su discurso.

Y esta situación viene dada por los niveles de estrés sin descanso que damos a nuestro organismo cuando vivimos sin parar y sin tener tiempo para relajar la mente: «Porque cuando bajas el nivel de estrés, cuando sales de los conflictos, tu cuerpo hace lo que lleva meses intentando, repararse. Y esa reparación a veces se llama fiebre, mocos, cama, joderte las vacaciones…».

Una reflexión que nos hace pensar en el ritmo de vida que llevamos, que en muchas ocasiones puede ser más perjudicial para nosotros mismos de lo que podemos llegar a pensar en un principio.

MÁS SOBRE: