Brenda se enfrentaba a la primera «Curva de la Vida» en «La casa de los Secretos». Toñi Moreno, conductora del espacio, resumía las confesiones de la participante haciendo hincapié en las dificultades que había arrastrado desde pequeña.
Cómo ya había ocurrido en la edición de celebrities con Sofía Cristo, «La curva de la vida» es una de las pruebas de la casa más personales. El participante expone los momentos más duros y traumáticos de su vida, con absoluta sinceridad.
A las adicciones que confesaba de Kiko Rivera, o la violación en la infancia que había sufrido la hija de Bárbara Rey, ahora se suman las revelaciones que ha realizado Brenda en la casa.
«Yo no entendía ciertos comportamientos de mi madre agresivos. No era consciente de que siempre tenía un vaso de vino en la mano y luego me di cuenta de que tenía un problema», confesaba la concursante.
«Me escapé varias veces de casa. Me tuvieron que llevar a la comisaría con broncas monumentales», aseguraba en relación con la convivencia con su padrastro.
La infancia de Brenda no fue nada fácil. «A los 14 años, que es de lo más importantes o bonitos que me pasó, conocí al que es al padre de mis hijos. Me ayudó bastante a salir de todo eso», relataba al explicar que con tan solo 19 años abandonó el hogar familiar, interrumpiendo la comunicación con su madre y su padrastro.
«Me prohibieron hablar con mis hermanos», explicaba muy emocionada mientras contaba que su padrastro contactaba con ella solo un año después para transmitirle una mala noticia: su madre había fallecido.
«Yo sabía que algo gordo había pasado. Me dijo: tu madre ha muerto», recordaba para después romperse entre lágrimas y sollozos. «No me podía creer que la que estaba en la cama era mi madre, no me lo quería creer», aseguraba.
«Creo que mi madre era un alma libre encerrada en una vida con la que no se sentía identificada. Era diferente», aseguraba más tarde con Toñi Moreno. «Me quedaron muchas preguntas pendientes a mi madre. Le tuve rencor y odio durante mucho tiempo, pero he aprendido a amarla y he sabido empatizar y entender qué le pasaba».
Años después, la historía se repetía: «La historia 19 años después se volvió a repetir igual. Cuando murió papá Juan pensaba que me iba detrás de él».
Sin duda, «la curva de la vida» de Brenda ha sido de todo menos sencilla.
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