La verdad sobre los 10.000 pasos que hay que andar para estar en forma

Este número se ha fijado por un carácter japonés que recuerda a una persona caminando

Ana Pérez

Caminar es una de las actividades que más beneficios aporta a la salud. Mantener un estilo de vida vigoroso implica estar medianamente activo, y se ha fijado que andar 10.000 pasos es la cifra a la que hay que llegar diariamente para ver resultados en nuestro cuerpo. Pero, ¿es esto del todo cierto?

Muchos teléfonos móviles y dispositivos electrónicos establecían en 10.000 pasos el objetivo de pasos diarios. Es una manera de motivar e incentivar a la persona a que cumpla la meta, pero esta cifra es todo un mito.

Te explicamos por qué los resultados varían según la persona, sin importar el número de pasos que lleve a cabo.


Lo importante es andar sin fijar una cifra invariable

Un estudio de la Universidad de Harvard sostiene que 10.000 pasos es una cifra demasiado alta que puede desmoralizar a aquellas personas que por diversos motivos no pueden alcanzar este nivel, aunque practiquen ejercicio de manera regular.

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La epidemióloga I-Min Lee y profesora de la universidad ha explicado que uno de los motivos por los que se fijó dicha cifra como a aquella a la que hay que llegar es por una razón japonesa. El carácter en japonés para representar el número 10.000 es similar al de una persona que está andando.

Dicha investigación se llevó a cabo en un grupo de 16.000 mujeres mayores de 70 años a lo largo de cuatro años. Se les medía los pasos que daban cada día y se llegó a la conclusión de que hubo un descenso de mortalidad del 40% entre los que andaban 4.400 pasos con respecto a los que caminaban 2.700. Además, los que registraban 7.500 pasos tenían una mortalidad aún más baja que los de 4.400.

Sin embargo, a partir de 7.500 pasos no se experimentaba una importante mejoría. Con esto, se pretende transmitir que esta cifra sería la más realista de alcanzar, y mucho más fácil de cumplir que el patrón imaginario instaurado en 10.000 pasos.

Otro estudio ha estimado que las personas que realizaban un entrenamiento diario de entre 2.500 y 5.000 pasos a una intensidad moderada también notaban cambios en su organismo. Su oxidación de grasas disminuía entre un 15 y 20%, mientras que los que caminaban 7.000 pasos no ocurría esta mejora.

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