Rocío Carrasco revela las «autolesiones» de Rocío Flores para que perdiese la custodia

Rodrigo Díaz

El esperado capítulo 8 del documental sobre Rocío Carrasco al fin revelaba todo lo acontecido entre la protagonista y su hija Rocío Flores.

Maltrato físico y psicológico el que narraba Rociito, todo ello influenciado por su exmarido Antonio David Flores. Junto a la ya comentada paliza de 2012, el episodio contaba hasta dónde era capaz de llegar la pequeña por quedarse plenamente con su padre.

«Dijo que yo la insultaba y la llamaba gorda, que la castigaba con no darla de comer, que alguna vez la he dado un bofetón…», expresaba la hija de Rocío Jurado sobre todas las mentiras que el excolaborador de Sálvame utilizaba para que el juez le quitara la custodia de su hija.

Sin embargo, no fue así y no entendió que fuera «tan urgente«. Una buena noticia que se dio la vuelta por la reacción de Rocío Flores: «De ahí salí llorando y no de felicidad. La niña ya había sufrido algún episodio de hacerse daño a sí misma», comentaba entre lágrimas.

 

Antonio David le regaló un móvil para que fotografiara documentos privados

 

Ese día en el juzgado, el ex miembro de la Guardia Civil se llevó a su hija al baño y le regaló un teléfono móvil. Dispositivo que ella utilizaría más adelante para fotografiar documentos personales de su madre.

La propia Rocío Carrasco revelaba en este nuevo episodio cómo se dio cuenta de sus intenciones, pillando a su hija haciendo esas fotos en su despacho. Una «reprimenda» que se magnificó más tarde para que también se volviese en su contra.

 

Ataques de ansiedad por la agresividad de Rocío Flores

 

Esta fue solo una de las muchas situaciones difíciles que le tocó vivir con sus dos hijos, sobre todo después de que estos viniesen de casa de Antonio David. Una «agresividad» que provocaba ataques de ansiedad a Rocíito, tal y como contaba en el documental.

Imagen de Telecinco

Respuestas tan crudas como «al cuarto se va a ir tu p*** madre que está enterrada» y que volvieron esos años entre 2006 y 2012 una auténtica pesadilla para Rocío Carrasco.